"El señor le ordenó: Sal y preséntate ante mí en la montaña, porque estoy a punto de pasar por allí. Como heraldo del señor vino un viento recio, tan violento que partió las montañas e hizo añicos las rocas; pero el señor no estaba en el viento. Al viento lo siguió un terremoto, pero el señor tampoco estaba en el terremoto. Tras el terremoto vino un fuego, pero el señor tampoco estaba en el fuego. Y después del fuego vino un suave murmullo"
1ºReyes 19:11-12
Corre hacia la salida y decídete a abrir tu corazón ahora mismo. Este es el momento...¡No lo dudes!
Si David hubiera podido hablar con su amigo Jonathan cuando cayó con Betsabé, todo habría sido diferente para él. Su reinado habría sido recordado como íntegro puro. En cambio, su orgullo mató al hijo de esta relación y alimentó la traición de Absalón, otro de sus hijos. Mírate al espejo por un minuto y rompe con la plaga del silencio. ¡¡Atrévete a ser libre!!
1ºReyes 19:11-12
Corre hacia la salida y decídete a abrir tu corazón ahora mismo. Este es el momento...¡No lo dudes!
Si David hubiera podido hablar con su amigo Jonathan cuando cayó con Betsabé, todo habría sido diferente para él. Su reinado habría sido recordado como íntegro puro. En cambio, su orgullo mató al hijo de esta relación y alimentó la traición de Absalón, otro de sus hijos. Mírate al espejo por un minuto y rompe con la plaga del silencio. ¡¡Atrévete a ser libre!!